El hombro es una de las articulaciones más complejas que tenemos en el cuerpo. Es una de las que más utilizamos por lo que cualquier problema en esta articulación genera bastante sensación de incapacidad. en el post de hoy vamos a contar que relación tiene el músculo supraespinoso con la menopausia y cómo la tratamos.
¿Qué músculos forman el manguito rotador?
El famoso manguito rotador está formado por varios músculos: infraespinoso, redondo menor, subescapular y supraespinoso. Es el tendón de este último el que suele verse más afectado por el paso del tiempo y más en concreto en el periodo menopáusico
Los tendones del manguito rotador pasan por debajo del acromion ( protuberancia en forma de gancho que se sitúa en la parte más lateral del hombro).
Entre el acromion, la cabeza del húmero y los ligamentos coracoacromiales se forma un estrecho canal por el que transcurren los tendones del manguito rotador. Este estrecho espacio hará que haya una fricción repetida y continuada de estos tendones (sobre todo ante movimientos repetitivos del hombro).
¿Por qué la tendinitis de supraespinoso tiene más incidencia en mujeres durante la menopausia?
Los tendones así como los ligamentos y músculos tienen receptores de estrógenos, por lo que una disminución en su producción va a afectar mucho a estos tejidos (se produce una degeneración del colágeno).
El manguito rotador puede lesionarse por varios motivos:
- Traumatismo directo sobre la zona.
- Trabajos o deportes con movimientos repetitivos (trabajar en limpieza, peluquería, en almacenes cargando peso…)
- Deportes con movimientos repetitivos: tenis, pádel, natación, harterofilia…
Pero estos do siguientes factores sin duda determina que mujeres entre los 50 y los 65 años se vean más afectadas por este problema:
- Ropa interior con gran tensión en la zona del hombro (mujeres con mucho pecho que llevan la tira del sujetador muy tensa y se clava en la musculatura).
- Cambios en el metabolismo: el proceso menopáusico comenzara una degeneración artrósica que afectará al acromion, además de un engrosamiento tendinoso que estrechará el espacio por el que se deslizan los tendones.
¿Qué podemos hacer desde la fisioterapia para mejorar la tendinitis de supraespinoso en mujeres durante la menopausia?
El dolor aparece en la mayoría de veces al realizar movimientos de apertura y elevación así como en el gesto de llevar el brazo hacia atrás (abrocharse el sujetador). Muchas de estas mujeres dejan de mover el hombro por la aparición de este dolor, por lo que este pierde movilidad con bastante rapidez.
Como resultado nos encontramos con una paciente que además de tener mucho dolor, ha perdido mucha movilidad en el hombro.
La educación para la salud es primordial. Hay que romper el círculo vicioso que se genera con el dolor y la inmovilidad.
Cuando aparece dolor en el hombro instintivamente dejamos de moverlo. Esto a la larga me genera debilidad muscular y atrofia, como resultado tengo que solicitar más esfuerzo a mis músculos para realizar el mismo movimiento, hay más dolor. Sin duda conseguir romper este círculo con la paciente es de vital importancia.
Por ello desde nuestra consulta de fisioterapia insistimos en que el hombro debe seguir moviéndose, siempre en los rangos en los que la paciente se sienta cómoda y con ayudas externas en caso de que fuese necesario (ejercicios autopasivos, asistidos, movimientos pendulares que generen decoaptación articular para disminuir la presión sobre los tendones…).
Otro de los tratamientos importantes que realizamos en fisioterapia es el de localización y tratamiento de puntos gatillos miofasciales , esto puntos dolorosos generan no solo dolor local, si no también dolor referido (es común que estas pacientes no solo presenten dolor en el hombro, también tienen dolor en el brazo, e incluso sensación de adormecimiento).
El tratamiento miofascial de la escápula también se convierte en un paso importante para mejorar el deslizamiento de la misma sobre la parrilla costal y así disminuir la fricción de los tendones.
Sin duda una de las herramientas más necesarias en esta fase del tratamiento es reeducar el movimiento para eliminar los movimientos parasitarios que han podido ir instaurándose debido al dolor que provoca el movimiento.
En conclusión es importante hacerle saber a la paciente que no tiene que convivir con el dolor, que puede volver a recuperar su vida con y que el proceso menopáusico se puede vivir en plenitud siempre que nos mantengamos activas.