Desde hace algún tiempo me vengo encontrando con pacientes que sufren problemas de salud mental por sentir que no encajan, que no son lo que la sociedad espera de ellos porque son débiles; o no son respetados en su entorno de trabajo por no imponerse por encima de los compañeros.
¿Y eso al final es lo que se espera de los hombres no? Fuerza, control, dominio… pues veremos como estos imperativos sociales han tenido una repercusión muy severa en la salud mental masculina.
¿Qué es la masculinidad tóxica?
Malentendemos como comportamientos masculinos aquellos que se basan en la fortaleza, la dominancia, el control de los sentimientos hacia los demás. Todos estos constructos sociales han hecho que muchos hombres que no encajaban en estos esquemas tan rígidos hayan quedado fuera de lo “masculino”.
Aquellos niños que no querían jugar al futbol eran unas “nenazas”, o la premisa de que los hombres no lloran y si lo haces eres un blando.
Todos estos rígidos esquemas han hecho que muchos hombres hayan desarrollado problemas de salud mental al sentir que no debían expresar sus sentimientos ya que tiene que manejar sus vidas con fortaleza y con la mínima expresión emocional.
No es casualidad que en las tasas de suicidio los hombres dupliquen las cifras de las mujeres ya que para mucho pedir ayuda psicológica es un signo de debilidad.
En datos publicados por el INE de 2019, en total en España se suicidaron 3671 personas de las cuales 900 fueron mujeres y 2771 eran hombres.
¿Qué podemos hacer para mejorar la salud mental?
Las acciones educativas son fundamentales desde edades muy tempranas. Comprender que por ser un niño no tienes que tener los mismos gustos, o vestir del mismo modo o sentir de la misma manera creará sociedades más sensibles.
La salud mental es algo que comenzamos a tener muy presente pero todavía vemos en consulta un alto porcentaje de pacientes mujeres con respecto a pacientes hombres, ¿es esto casualidad?
Fomentar diálogos sobre cómo nos sentimos entre familiares y amigos puede hacer que invite a algunos hombre que todavía se encuentran anclados en estos estándares a compartir preocupaciones y pensamientos que tienen en mente.
Si sientes que necesitas hablar y expresarte con libertad, nuestra psicóloga Ana te espera con los brazos abiertos para que comiences a soltar lo que llevas tanto tiempo amarrando.