¿Es mejor que las sesiones de fisioterapia sean dolorosas?

Algunos pacientes que vienen a nuestra consulta de fisioterapia nos “animan” a que les hagamos más daño con un “puedes apretar más” o “yo aguanto mucho no te preocupes” pero ¿realmente una sesión de fisioterapia tiene que ser dolorosa?

En el post de hoy me gustaría desgranar un poco porque en Ánima Fisioterapia creemos que una sesión no tiene por qué ser dolorosa.

¿Cómo determinamos el tratamiento que realizar en una sesión de fisioterapia?

Lo primero que realizamos cuando el paciente entra en nuestro espacio es la anamnesis o historia clínica. En ella el paciente nos cuenta el motivo de la consulta, cuáles son sus antecedentes personales, cuál es su situación de salud en el momento de la consulta, si le han operado, si toma alguna medicación… Todo esto nos hace poder tener una idea global del estado del paciente.

A continuación realizamos una observación y realizamos una serie de evaluaciones para tener una visión lo más completa del paciente.

En resumen, esto lo que quiere decir que no trabajaremos igual con un deportista que viene a consulta porque siente las piernas cansadas a un paciente que viene a recibir una sesión de fisioterapia porque tiene dolor cervical y mareos.

¿Quiere decir que una sesión de fisioterapia debe ser indolora?

Pues depende. Durante la misma sesión en un paciente utilizaremos diferentes técnicas en las que alguna produciremos dolor (tratamiento conservador o invasivo de puntos gatillo miofasciales) y otras técnicas que no producen dolor (técnicas de inducción miofascial, ténicas de stretching activo…)

Una técnica que es eminentemente indolora por ejemplo son las técnicas de drenaje linfático que podemos utilizar en algunas lesiones que cursan con inflamación (un esguince por ejemplo).

¿Cuánto más daño me hagan mejor?

Pues no. La regla del no dolor en fisioterapia es bastante importante. Evitar el sufrimiento en el paciente es importante ya que vamos a estar trabajando de base sobre tejido inflamado o que experimenta dolor por si mismo.

Es cierto que en la realización de algunas técnicas estas producirán dolor, o incluso en algún momento buscaremos un patrón determinado de dolor que nos indique que vamos por buen camino, pero definitivamente esto no marcará la calidad o la efectividad del tratamiento.

En definitiva, la comunicación con el paciente es fundamental para aclarar posibles dudas que puedan surgir antes, durante y tras el tratamiento.

También es importante destacar que un paciente que acude a una sesión de fisioterapia pone el límite y si este necesita un descanso durante la sesión puede marcarlo en cualquier momento.

Esta es nuestra manera de trabajar, así que si te sientes cómo con lo que lees te esperamos en Ánima Fisioterapia.